En el siglo 20 hubo momentos muy oscuros en la historia, pero yo diría que hubo dos donde se percibió y se vivió la maldad del ser humano. El primero fue el Holocausto realizado por los nazis hacia los judíos en la década de 1930 al 40; el segundo momento catastrófico fue cuando el Gobierno norteamericano decidió tirar las dos bombas atómicas en Japón. Creo que son momentos donde hemos visto la maldad del ser humano manifestada en todo su esplendor a través de los líderes políticos.

El Holocausto del 1933 al 1945 fue la persecución y el asesinato sistemático patrocinado por el estado nazi. Seis (6) millones de judíos europeos fueron asesinados por parte del régimen alemán nazi y sus aliados y colaboradores. La era del Holocausto comenzó en enero del 1933 cuando Adolfo Hitler y el partido nazi llegaron al poder en Alemania. Terminó en mayo de 1945, cuando las potencias aliadas derrotaron a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.  Uno de los grandes pecados que cometió la Iglesia cristiana durante esa época fue su silencio ante las atrocidades que cometía el Ejército nazi asesinando a esos 6 millones de judíos. Creo que fue un momento muy oscuro en la historia de la Iglesia cristiana del siglo 20, por guardar silencio y a través de este hacerse patrocinador durante el genocidio.

Dietrich Bonhoeffer, pastor evangélico alemán, y un pequeño grupo de creyentes se opusieron. Estos crearon una resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. Bonhoeffer fue uno de los pocos líderes cristianos que habló abiertamente en contra de las políticas del régimen nazi, desde sus primeros días anteriores al gobierno hasta que fue asesinado en un campo de concentración.

Gran parte de la Iglesia alemana se sumó al partido nazi en los años previos a la guerra. Las iglesias en los Estados Unidos no están en la misma posición que la Alemania de antes de la guerra; existen innumerables diferencias significativas.

Pero hay suficientes paralelismos en cuánto a que la iglesia ha sucumbido al fervor nacionalista inspirado hoy en día, por lo que sería prudente escuchar los pensamientos de Bonhoeffer sobre cómo evitar errores similares.

En el siglo 21 se persiguen y asesinan más cristianos que en los últimos dos mil años. Millones de abortos se realizan anualmente. Genocidios en África y otros lugares. Y la iglesia orando por sus necesidades personales, que no está mal, pero olvidando esta realidad que viven muchos creyentes. Creo que el negocio del Señor es dejar las noventa nueve y buscar la oveja perdida o sufriente.

Oremos para que nosotros los cristianos del siglo 21, tengamos el valor de hablar y no callar ante la injusticia. Injusticia ante el silencio del racimo y conservadurismo extremo arropado por un nacionalismo. Silencio de parte del liberalismo cristiano y su distorsión de la interpretación bíblica. Oigamos a Martin Luther King; “Es el silencio ante la injusticia, ante la falta de libertad, ante la libertad de no callar, el silencio ante la falta de ética, lo que nos hace cómplices. Como dijo Martin Luther King Jr.: “Llega un momento en que el silencio, se hace traición.”