El discipulado es mucho más que transmitir una enseñanza; tiene que ver con alinear el propio estilo de vida a aquel de Jesús, y ser un ejemplo hacia los demás.
«No hay lugar más alto, más grande
que estar a tus pies, que estar a tus pies.» Una de mis canciones favorita para adorar al Señor. Me imagino cuando oigo esta canción, Nily y yo sentados a los pies de Jesús. Oyendo al gran Maestro en una escuela de discipulado para párvulos. «Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. »Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa.» »Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.»
Estando a sus pies de momento Jesús nos dice: Nily y Olin, quiero que se comporten de esta manera. -¿Cómo Señor? Preguntó Olin. «Así que, ¡cuídense! »Si tu hermano peca, repréndelo; y, si se arrepiente, perdónalo. Aun si peca contra ti siete veces en un día, y siete veces regresa a decirte “Me arrepiento”, perdónalo». Veo a Nily y observo su rostro sorprendido. Yo le digo, Señor dame fe para llegar a ese nivel espiritual. Dios me contesta: te he dado una fe tan grande como el grano de mostaza. Yo lo que quiero que tengan fe, pero necesito que obedezcan y sean diferente. Perdonen y sean como yo. Si me obedecen, el premio será; «Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”».
Lucas 17:10
Estando a los pies de Jesús
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